Valdivia y su evolución post terremoto 1960
Se entiende a la ciudad de Valdivia bajo una serie de dinámicas sociales y económicas que se han visto marcadas por eventos naturales y sucesivas transformaciones geográficas y sociales: el incendio de 1909, la llegada del ferrocarril en 1920, el terremoto de 1960, y la consolidación suburbana a partir de 1995.
La planificación tras estos sucesos no ha sido de manera espontánea y la dinámica poblacional ha sido pauteada desde los grandes complejos industriales a principios de siglo, situaciones de emergencia hacia zonas altas en el terremoto de 1960 -proceso de decadencia industrial- hasta la expansión periférica, desarrollando una serie de problemáticas ambientales en la actualidad.
Valdivia se caracterizó en sus orígenes por ser un polo industrial y de desarrollo a nivel nacional, en gran medida iniciado durante la inmigración alemana a mediados del siglo XIX. Valdivia se constituyó entonces, como uno de los principales focos productivos del país, alcanzando un nivel de centralidad urbana importante (Almonacid, 1995).
Posteriormente, tanto su crecimiento como su desarrollo se vieron frenados tras el terremoto 1960, entrando en un prolongado letargo durante décadas. Hasta que en el año
2007, la ciudad se adjudicó el título de Capital Regional, transformando la antigua Provincia en la actual XIV Región de los Ríos, englobando a las Comunas de Valdivia, Corral, Lanco, Máfil y Mariquina. De este modo, se puede reconocer, a grandes rasgos, cuatro períodos en el desarrollo de Valdivia en su historia reciente; todos ellos con diferentes grados de centralidad e influencia:
1) Pre-industrial
2) Foco Industrial
3) Post-terremoto
4) Valdivia Nueva Región
Con el terremoto de 1960, todo desarrollo y crecimiento de la ciudad, se vio virtualmente frenado, dando así inicio al tercer período caracterizado por el estancamiento de las actividades productivas y el deterioro físico de la ciudad. Después de más de cuatro décadas, la conformación de la nueva Región de Los Ríos ha aumentado las capacidades de la ciudad para atraer inversión pública y privada. Estos períodos han tenido consecuencias directas en la demografía de la ciudad, además de secuelas evidentes en el desarrollo de la trama urbana y expansión de Valdivia (Espinoza, 2014).
El terremoto de 1960 trajo consigo una modernización la morfología urbana: “Tras el desastre, se abandonó todo el estado de desarrollo posindustrial que la ciudad poseía, y se configuró una nueva morfología urbana a la cual la ciudad se debió adaptar.” (Guarda, 2001).
El Terremoto del 1960 es también, en términos urbanísticos, el inicio de la expansión territorial de la ciudad hacia su periferia y fue el principal causante de que ella se retrajera del río, además de lo anterior, paralizó a la gran mayoría de la actividad productiva. Uno de los primeros efectos post-terremoto fue el bloqueo y negación total de la ciudad hacia el río, debido a las inminentes inundaciones. Es por ello por lo que, en la actualidad, Valdivia se desarrolla espacialmente dándole la espalda a al borde río y desaprovechando el marco geográfico donde la ciudad se emplaza, ignorando su particular identidad y pasado de ciudad fluvial. El terremoto fue la lápida al decaimiento de la economía industrial de la ciudad (Guarda, 2001). La morfología urbana de Valdivia se ve reconfigurada al punto de que la ciudad debe adaptarse a los terrenos que ésta dispone. Así, los niveles de integración global más altos se desplazan hacia el sector este de la ciudad, configurándose aquí la centralidad topológica en avenida Picarte (Pi), por la expansión urbana hacia los sectores altos de la ciudad –sector sur-oriente.
Autores: Daniel Espinoza Guzmán y Antonio Zumelzu Scheel